Llevo varias semanas leyendo y buscando información sobre el tamaño de las pilas y como afecta al proceso de compostaje. Curioseando por internet descubro los sistemas de compostaje más pequeños posibles, los microcompostajes. Aunque si somos estrictos no son compostaje en si ya que no alcanzan temperaturas termófilas, se pueden usar como ejemplos para talleres prácticos sobre reciclaje. La idea es sencilla: utilizar botellas de plástico que sirvan como pequeños biorreactores a los que les añadimos trozos de frutas y verduras, papel, etc, y lo vamos regando de forma periódica observando su aspecto. En la web de la Universidad de Cornell se puede encontrar más información sobre como hacerlos y su valor didáctico (Pincha en las FOTOS). Como la temperatura es baja, el proceso final puede llevar varios meses.
Con este pequeño experimento los alumnos aprenden como hacer compostaje, como hacer mezclas apropiadas, observar el descenso del volumen conforme se transforma la materia orgánica o incluso, medir la temperatura de la mezcla con la ayuda de una sonda de cocina. Si no lo tenéis claro, aquí os pongo un vídeo de la joven youtuber Mya que lo explica muy bien.
Nota: Si queremos hacerlo bien para medir la temperatura, podemos envolver botella con un material aislante que evite las pérdidas de calor y así, que no se enfríe rápido la botella.